El año electoral se aproxima y los partidos políticos empiezan a definir sus candidatos para los próximos comicios municipales y regionales en el país. En Piura, las noticias sobre este tema nos muestran una etapa de indefinición y contradicciones de los partidos, especialmente de sus secretarios provinciales; pues, por tratarse de una contienda democrática, la […]

Por Carlos Hakansson. 21 octubre, 2013.

El año electoral se aproxima y los partidos políticos empiezan a definir sus candidatos para los próximos comicios municipales y regionales en el país. En Piura, las noticias sobre este tema nos muestran una etapa de indefinición y contradicciones de los partidos, especialmente de sus secretarios provinciales; pues, por tratarse de una contienda democrática, la etapa en la que se definen las postulaciones es tan delicada como el desarrollo de la campaña política y la fecha prevista para las elecciones.

La formalidad de una organización política y, como una consecuencia, su seriedad y capacidad de convertirse en una verdadera opción electoral para los ciudadanos, se empieza a poner en evidencia en esta primera etapa. Por eso es importante recordar que los partidos más organizados, especialmente en el universo político anglosajón, cuentan con las llamadas elecciones primarias para nombrar a sus candidatos. Estas elecciones primarias son comicios cerrados del partido: solo participan los militantes, preparando listas de candidatos que luego se someterán a una elección entre iguales, midiendo su fuerza interna.

En plano local, la constitución de un comité de trabajo, que busca fuera del partido a un candidato independiente para “lanzarlo” a una alcaldía o presidencia regional, es una fórmula que se aplica mecánicamente en cada proceso electoral: local, regional o general, y no permite la progresiva formación de cuadros al interior de una agrupación política. Por ello, la actual confrontación por buscar, encontrar y definir candidatos para las próximas elecciones municipales y regionales nace de movimientos que todavía no han dado sus principales frutos; es decir, de la formación de jóvenes políticos que tengan experiencia en la gestión pública para luego, con tiempo, poder ofrecer lo aprendido desde el Congreso o gobierno central.

Las elecciones primarias son una manifestación de la participación del electorado en el proceso de selección de candidatos, en detrimento de los poderes de los dirigentes de los partidos. Constituye un aspecto interesante que, durante el proceso de nominación, intervengan los militantes de base del partido y el electorado, pese a ser un sistema imperfecto y de difícil implantación en países con partidos políticos conducidos tradicionalmente por cúpulas. Debemos convencernos de que los movimientos políticos no empezarán a madurar hasta que reconozcan la necesidad de un cambio de fondo en su organización interna, que comienza, necesariamente, por la incorporación de las elecciones primarias como democracia interna.